jueves, 24 de septiembre de 2009

ARTICULOS DE OPINION



la justicia peruana formuló acusación contra los integrantes del grupo paramilitar Colina y sus autores intelectuales. Ellos son acusados de una serie de asesinatos de presuntos terroristas. No faltan opiniones que ven éstas y otras matanzas como algo doloroso pero imprescindible. Según estas opiniones, es legítimo violar los derechos humanos de ciudadanos si, de esta manera, se evita un mal mayor. ¿La concepción de los derechos humanos puede dar una respuesta satisfactoria a este tipo de cálculos?
En los últimos tiempos, la concepción de los derechos humanos ha sido empleada para justificar una serie de pretensiones: Más allá de los clásicos derechos humanos se habla de un derecho humano al trabajo, a la cultura, entre otros. El uso inflacionario del concepto ha contribuido a que se pierda de vista la pregunta básica: ¿En qué criterios se fundamentan los derechos humanos? La opinión del cardenal Cipriani (los derechos humanos, esa cojudez) probablemente represente el sentir de muchas personas que no ven en los derechos humanos más que intereses particulares de ONG’s y demás activistas.
La pretensión característica de los derechos humanos es la universalidad. Los derechos humanos no están concebidos para un grupo, un país o una cultura determinada, más bien reclaman validez para todo ser humano. Por eso, los derechos humanos deben limitarse a lo esencial, al interés de cada ser humano por ser humano. Lo que buscamos es un interés universal. La libertad de acción representa, sin duda, este tipo de interés. Independientemente del tiempo y lugar, todo ser humano tendrá un interés en no ser agredido, es decir, en hacer lo que considere conveniente (sea lo que sea).
Del interés universal por la libertad de acción se desprende el derecho humano por excelencia: el derecho a la vida, inscrito en probablemente todas las constituciones del mundo. Pero nos falta dar un paso decisivo. No basta con haber encontrado intereses universales. ¿Por qué estos intereses han de constituir derechos?
Hagamos un pequeño desvío. Cualquier país debe justificar el uso de violencia frente a sus ciudadanos. Que la policía detenga a alguien, que la justicia lo condene a años de cárcel - todas estas son acciones que roban libertad. Pero la justicia no es injusticia pues condena a aquel que previamente ha robado la libertad de otros. El uso de la fuerza estatal se establece, entonces, para salvaguardar la libertad de cada uno, para obstaculizar toda acción que atente contra la libertad. He allí la legitimidad del monopolio de violencia que el estado reclama.
La única razón de ser del estado está en salvaguardar la libertad y otros intereses primarios de sus ciudadanos. El gobierno que usa el aparato estatal para reprimir arbitrariamente la libertad de sus ciudadanos ha perdido esa razón de ser. Sus acciones no serán, entonces, más legítimas que las de un criminal.
Los derechos humanos, por lo tanto, no apelan a un sentimiento de misericordia o de buena voluntad. Más bien, son una pretensión legítima frente a todo conjunto político, nacional o supranacional. Eso hace que valgan como derechos universales.
Volvamos a nuestra pregunta inicial: ¿Por qué es ilegítimo violar el derecho a la vida de algunos si con ello la mayoría se beneficia? Porque con ello se transgrede el límite que separa a la justicia de la injusticia, al estado de la banda criminal. Así, el uso de la violencia pierde su única justificación.





La fuente de la dignidad humana

¿De dónde proviene y en qué reside la dignidad humana?
La fuente de la dignidad humana
Hace un tiempo estuve dirigiendo una conferencia ante un auditorio de jóvenes, decidí lanzarle la siguiente pregunta:
- ¿:Qué piensan sobre los actos de Hitler y los nazis contra los judíos?
La respuesta general fue que se trató de actos muy malos, denigrantes, crueles, actos de maldad propios de enfermos mentales y calificativos por el estilo.
Luego pregunté:
¿Por qué son tan malos esos actos, por qué son tan malos y repudiables los actos de Hitler y los suyos contra los judíos?
Varias manos se alzaron:
- Porque fueron actos inhumanos - dijo una chica.
- Recuerden que lo hicieron seres humanos, les respondí, aunque no nos guste, debemos reconocer que fueron seres humanos quienes hicieron todo aquello.
- Porque fue ilegal . dijo un joven.
- Recuerden jóvenes que Hitler dictó leyes específicas para que los actos de sus seguidores tuvieran el marco legal necesario, recuerden que las leyes humanas se cambian y se adecúan a las circunstancias o intereses; el hecho es que, los asesinatos, las torturas, las violaciones, las mutilaciones y todo eso que los nazis hicieron no estaba fuera de su marco legal, no fueron actros ilegales - respondí.
Y así, uno a uno fui derribando sus ideas y argumentos, de lo único que estábamos seguros es de que trató de actos sumamente malos contra las personas.
Finalmente les dije:
- Jóvenes, remontémonos hasta las primeras páginas del Génesis, yo sé que no está muy de moda que digamos en las escuelas y universidades el leer la Biblia, pero también sé que en el fondo ustedes sí están de acuerdo en que es la Palabra de Dios y es por lo tanto, infalible.
Génesis dice que Dios creó al hombre a Su imagen y semejanza, es decir, similar a Él; el hombre es por lo tanto, un ser de origen y calidad divinos; su vida tiene la calidad de vida de Dios. Es increíble pero lo hemos olvidado, hemos olvidad nuestro origen y hemos sacrificado nuestra mayor calidad en el altar de lo que consideramos ciencia, aquello que podemos ver y palpar, buscamos una explicación y una lógica jurídica olvidando la esencia de nuestro ser.
Jóvenes, el hombre es imagen y semejanza de Dios, y allí radica la esencia de su ser, en ese origen divino radica la respetabilidad inconmovible de nuestra dignidad. Cualquier ofenza a un ser humano sea niño, adulto, viejo o joven, hombre o mujer, rico o pobre, humilde o seberbio, constituye una ofenza a la dignidad de Dios.
Esta es una verdad a toda prueba, es un parámetro imposible de modificar, se han dado leyes para legalizar el aborto y eso hace que tal crimen sea legal desde el punto de vista humano, pero nunca lo será desde el ángulo divino, Hitler hizo legal el asesinato masivo de judíos pero no pudo desproveerlos de su carácter de creación de Dios; eso es algo que nunca nadie podrá arrancarnos de lo más íntimo de nuestra existencia.
En eso radica el fundamento inconmovible de la dignidad humana y no hay ni habrá teoría, tesis, hipótesis o ideología que pueda remover esa verdad fundamental, la vida sin Dios no tiene explicación pese a las teorías científicas más avanzadas.
Recordemos también al propio Jesús cuando dice "...cuando estuve enfermo me visitaste, cuando estuve desnudo me vestiste, cuanto tuve hambre me diste de comer" clarísima declaracion que confirma la esencia divina de cualquier ser humano, de todos nosotros.
Reflexionemos pues, todos y todos a una hagamos propósito de respetarnos unos a otros, de amarnos de verdad unos a otros, de no mentrinos el uno al otro, de no maltratar a nuestros semejantes, de ser solidarios.

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